lunes, 7 de abril de 2008
Parte de guerra
Los tres peregrinos emprenden el viaje de vuelta a Sevilla con algún kilo de menos y algunas secuelas físicas de escasa consideración de más, a la espera de que el especialista diagnostique la lesión plantar que arrastra Diazpe desde que vadeó cierto arroyuelo tras alcanzar el kilómetro cien. Ignacio, además, declara tres ampollas en los dos pies y otra en el pulgar de la mano derecha, derivada del uso del bastón de trekking. Si el fabricante italiano se plantea algún día hacer una encuesta para conocer el grado de satisfacción de sus clientes con el producto, que llamen a Diazpe: conoce mejor las prestaciones del cayado que el ingeniero que lo diseñó de tanto que lo ha usado en los últimos seis días. Sigamos. Rubio presenta una dureza en cada pie, lo que le obligó a provisionarse de apósitos anti-dureza a la llegada a Portomarín. La elección de unas botas de calidad -de Coronel Tapiocca, en vez de las de oferta en Decathlon- ha debido influir positivamente en el buen estado en que han acabado sus pies. Lo del juanete es de origen genético. Santiago es santo, pero no tanto como para curarle la prominencia que sale de su pie derecho. Salvatore, por su parte, ha acabado con un ampolla en el pie izquierdo y dos en el derecho. Las caminatas por las inmediaciones de la Cartuja de Cazalla con el Sevillina buscando espárragos le permitieron amoldar convenientemente el calzado y evitar lesiones de mayor entidad.
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